Friday, September 23, 2005

Capítulo XXIV: La propuesta

- Matarme?
- -Jajajaja me cree tan tonto como para asesinarlo, Tito? Solamente si no quiere colaborar. Je.
- “(Cómo sabe tanto de mí?) Veo que ha estado haciendo averiguaciones sobre mí.
- Mire, Se lo voy a decir con amplia franqueza: Hasta hace algunos años, yo trabajaba en equipo con Abel, su tío. Aclarado el asunto? Yo lo subí a la camioneta luego del desastre del templo evangelista. Podríamos decir que , literalmente, lo hice desaparecer. Y en gran medida, me debe agradecer estar aún con vida y ser quién es.
- Pero..no comprendo… usted sabe que lo estaba siguiendo?
- Desde Asunción. Debe usted suponer, por indicaciones de su tío, que yo pertenezco al bando “de los malos”
- Algo así. No sabía exactamente a quién estaba vigilando. Solo una vaga idea.
- Le voy a aclarar el asunto, de una buena vez. Hace un tiempo, luego de su reclutamiento, surgieron algunas cosas , digamos, “sucias” que no me gustaron y mis planteos en el seno de la organización, no fueron bien vistas por el titular del mossad. Fue así que decidieron apartarme de ellos, no sin darme una muy buena indemnización. Con ese dinero adquirí este hotel, que es mi centro de operaciones. De hecho, no me retiré de la actividad: Sigo siendo un espía como usted y como Abel, pero no ya al servicio del Mossad, sino al mejor postor. Y tengo contactos en todo el mundo, y en especial aquí, en Ciudad del Este, en Montreal, Paris y Beijing. Entre estas 4 ciudades articula mi organización. Y al Mossad, eso NO le gusta. Le quito clientes.
“Realmente creo que es usted muy eficiente, Tito”, dijo, mientras comenzaba a dar vueltas en círculos alrededor de la silla donde Tito seguía maniatado. “Le estoy pidiendo disculpas por el trato, pero sé que es usted alguien sumamente peligroso, ya ví lo que logró con el Premier Libanés (Como mierda sabía eso?”). Quiero hacerle una propuesta, antes de asegurarme que puedo soltarlo y no va a armar quilombo. Me comprende?

- Qué opciones tengo?, dijo Tito, visiblemente nervioso. Eso ya no le estaba gustando nada. Colega de Abel? Compañero de andanzas? El Mossad? Indemnización? Hotel-base? Mercenario? Que estaba pasando aquí?

“Aceptar o morir”, dijo, secamente, Carlos Espinosa.

- Escucho atentamente.
- Está usted conforme con el modus operandi del Mossad? Está usted feliz de no saber por qué va a un lugar, de tener siempre que esperar instrucciones, de matar impunemente sin saber por qué lo está haciendo? No está cansado de jugar a ser una máquina asesina, sabiendo que es el mejor jugador?
- Dígame la propuesta y ya. (Tito sabía negociar, estaba entrenado para esto también)
- Bien. Me gusta su estilo. La propuesta es trabajar conmigo, en tareas sin secretos. Mi organización trabaja con clientes muy poderosos, incluso enemigos entre sí. Pero cuando negocio, quiero saber todo, todos los detalles, y el por qué de la intención de contratar el servicio. Sólo una vez que sé esto, acepto o no el trabajo. Y cobro muy bien, digamos..1-2 millones de dólares para comenzar a charlar, en lugar neutral… y nunca menos de 50 para realizar algún trabajo. Le interesa? Le gustaría trabajar sabiendo todos los detalles, y decidiendo si tal o cual trabajo vale la pena?
- Así de simple? Y si digo que no, me mata?
- Por supuesto. Me vió la cara, está dentro de mi bunker. No puede salir vivo de aquí.

- “Por lo pronto, tome, esto es suyo” , dijo haciendole un gesto a Roberto Sánchez (nada que ver con sandro, eh?) que en un solo movimiento sacó un paquete minúsculo del bolsillo y lo arrojó con precisión hacia la palma abierta de Carlos, atrapándolo este de manera casi natural.
- Es el microchip que tenía implantado. Está inutilizado.

Usted no existe ya para nadie. Está muerto hace años por un incidente en Argentina. Fue borrado por nuestros especialistas en informática de la base de datos del Mossad. Ellos no pueden saber ahora dónde se encuentra, su última localización es este hotel, del cual creen creer que el dueño es un acudalado narcotraficante de Asunción, con importantes contactos políticos, no se atreverían a molestarlo por un agente que desapareció. Olvídese del Mossad, Tito. Usted debe trabajar para mí. No tiene escapatoria. Si prefiere morir, dígamelo ya y yo mismo termino el asunto, dijo, apoyándole su propia pistola Glock en la sien….”Me gusta este arma. Pienso quedármela cuando lo mate, salvo que prefiera conservarla y vivir”, dijo, escuchándose una risotada general por parte de los secuaces que, hasta ese momento, eran sólo mudos asistentes al interrogatorio.

- Si acepta - prosigió, inmutable – tengo algo en mi poder que conservé como garantía para un posible chantaje post despedida del Mossad. Creo que te va a interesar recuperarlo (ya lo tuteaba, es que las negociaciones ya estaban culminando). Es más, dijo: creo que nunca alguien tuvo algo tan importante para otra persona.

- Qué es? (seco, lapidario, inmutable, Tito)

- Tenés un rato para pensarlo. Vamos, muchachos, el amigo debe pensar.

La puerta se cerró y una soledad abrumadora invadió la , hasta ese momento, fría, calculadora y letal mente de Tito Bustamante. Pero la idea de la muerte no le disgustaba en lo absoluto. Para eso había sido entrenado, también

Seguiremos….

1 Comments:

Blogger Tomatito said...

Muy bueno esto, Criticón. ¿Y que pasa ahora? Nos nos dejes ahora colgando.

¿Quién te va a hacer la versión fílmica? ¿Rodrigo de la Serna?

Gracias por invitarme a leer esto.

3:54 AM  

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